Por fin, ya está a la venta mi nuevo libro: "No venimos del latín". Los que me conocéis sabéis que este ensayo es fruto de muchos años de investigación. ¡Deseo que la lectura os resulte interesante!
http://www.editorialcirculorojo.es/publicaciones/círculo-rojo-investigación/no-venimos-del-latín/
Se nos ha dicho que las lenguas romances derivan del latín y que son el resultado de la degeneración del latín vulgar. Su formación se explica a través de complicados procesos evolutivos. Sin embargo, ¿qué sucedería si las causas del cambio lingüístico, atribuidas a influencias externas, pudieran explicarse desde la escritura ibérica? Las primeras evidencias de los romances nos muestran una lengua oral plenamente desarrollada que tiene características afines con las lenguas actuales pero que presentan una rotura con el latín: ni la fonética, ni los conectores, ni la sintaxis son latinas. Y, misteriosamente, algunas de estas características son ibéricas.
Mientras se conoce casi todo sobre el latín, la escritura ibérica, que dejó más de dos mil textos epigráficos, se ha ignorado y no forma parte de los estudios filológicos universitarios. Quizá por ello, en pleno siglo XXI, sigue sin descifrar.
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